Irse de la Iglesia o alejarse de Dios? - Pr Walter Serantes


Hola, Dios te bendiga en este día. Es mi deseo que la bondad de Dios se muestre respondiendo a cada una de las peticiones que has presentado, y que aun te sorprenda.

Un fin de semana una familia se me acercó y me habló declarándome su intención retirarse de la casa de Dios, me extraño ya que la misma se encuentra muy comprometida y a la vez me alarmó como para pensar en ello; de hecho les dije que era una locura irse. Por otro lado, en la mañana del día lunes, una  joven de la iglesia me compartía que un muchacho que estuvo muy comprometido, no estaba haciendo las cosas bien y ya no congregaba de igual manera.  Esto me llevó a charlarlo con un amigo, ya que es triste ver a aquellos que lentamente se separan de la casa de Dios, personas que hemos amado por su cercanía y que hoy en algunos casos ya no se encuentran a nuestro lado.

Sinceramente se transformó en una alarma de Dios dentro de mí que me llevó a escribirte de ello.
Primero es importante ver porque debemos permanecer en la casa de Dios, ya que esta es la causa por la que no debemos irnos, y en segundo lugar la causa por la cual nos vamos.

Veamos la primera:
   1 No conviene irse porque está relacionado con la SALVACIÓN, ya que en la constancia de nuestra fe     activa se muestra lo que creemos. Hebreos 10.25.
   2 También porque nos edifica, nos forma (aunque en ocasiones duela). Allí es donde crecemos como en el colegio, con maestros y compañeros, donde en algunos casos no son los mejores (y aun como ejemplos), pero sabemos que nos hace bien estar allí, ya que en ese lugar aprendemos y avanzamos hasta una medida que nos conviene. Efesios 2.21.
   3 Porque la comunión nos bendice, nos hace bien; hay gran cantidad de hermanos que nos aman, oran por nosotros, y esto hace que la mano de Dios nos llene de una manera inexplicable (salmo 133).
   4 Y por último, por ahora, porque es una siembra para nuestro futuro; a ninguna persona le gusta la inversión, todos queremos cosechar, pero si no se siembra no habrá cosecha, y para ello es necesario estar trabajando y permaneciendo hasta que veamos resultados más deseados. No olvide que lo que cosechamos lejos del Señor fueron la causa de malas siembras que tuvimos, y que ahora estamos sembrando bien; esto lo aprendemos en la casa de Dios, y nosotros, nuestros hijos, nietos y mas seguirán recibiendo frutos de la fe invertida en este tiempo. Gálatas 6.7.

Por ello no ceda en su andar; Dios ve su constancia con ganas o sin ella, y de seguro como en cualquier trabajo recibirá su recompensa. Hebreos 11.6.
Ahora para cerrar veamos dos causas que nos llevan a irnos

La primera.
-        Los pecados escondidos. Estos son como el tesoro robado que Acán escondió debajo de la alfombra de su casa (Josué 7). A pesar de que ningún ajeno lo vio, sino solo su cómplice familia, Dios si había visto toda la escena y además su corazón. Todo estaba bien ante su líder y sus compañeros de batalla, pero no ante Dios; a tal punto que esto trajo fracaso en el pueblo de Dios y posteriormente dolor y muerte tanto para él, como para toda su familia.
Los pecados no confesados hacen que la presencia de Dios se aleje, como consecuencia la alegría que Él da ya no se siente, y por lo tanto estar en un culto más de una vez, se hace insoportable. En ciertas ocasiones más de uno culpan a la iglesia de fría y en falta, sin darse cuenta que la responsabilidad es la de ellos; estos hasta que confiesen a quienes les ocultaron el pecado, no podrán volver a estar igual.

La segunda.
     A otros les aleja el resentimiento hacia alguien o algo; por ejemplo enojarse ante un líder que para uno hace lo injusto; o ante un servicio a Dios que demanda más de lo que uno está dispuesto a invertir.
Al hablar de resentimiento podemos decir también rencor, animosidad, odio, animadversión, resquemor, antipatía, actitudes que se relacionan y que si las analizamos por ahí alguna se nos pegó a nuestro corazón.
El resentimiento es un bloqueo para lo que está por venir, (creo que preparado por el diablo) ya que más de uno han perdido lo bueno que estaba por delante a causa de esto. La Biblia nos cuenta que uno que debía ser Rey llamado Absalón (2 Samuel 13 al 18), por guardar resentimiento a su hermano y a su Padre, se convirtió en un criminal y fue muerto al poco tiempo de sacarle el lugar a su padre que era el rey David.
Debemos entender que este mal debe ser entregado al Señor, ya que se anida en nuestro corazón, y no vivir sujetos a él. Debemos tener en claro que el mismo que frena lo bueno que Dios ha preparado; entendiendo también que muchas de esas situaciones que no fueron las más agradables, han sido usadas por Dios para enseñarnos a seguir solo mirándolo a Él, y con la alegría de ser parte de su gran plan y familia.
No dejes que el pecado ni el resentimiento dominen tu vida; Dios no terminó todavía contigo y de seguro te seguirá tratando; mas grandes sean las bendiciones a venir mejor te preparará tu Señor para sostenerlas.
Adelante querido hermano o hermana, Dios está haciendo algo maravilloso contigo; no dejes de congregar ni de ser fiel a tu Señor y a su casa, traerá grandes bendiciones para ti y tus generaciones.
Sin más espero que Dios haya hablado a tu vida.

Por el Pastor Walter Serantes.
Iglesia Rey de Reyes de zona norte

Ministerio Tiempo de Renuevo
(editorial de Julio 2012)

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